Samsung Galaxy Gear, ¿novedad o oportunidad desaprovechada?

Ricardo Vega / 16 septiembre 2013
⏰ 2 minutos
Samsung Galaxy Gear, ese es el nombre por el que ha optado Samsung para estrenarse en el mundo de los relojes inteligentes. Presentado el 4 de Septiembre en la IFA celebrada en Berlín este dispositivo podría estar llamado a revolucionar el mundo una vez más dándole una vuelta de tuerca adicional.
El dispositivo cuenta con una pantalla Super AMOLED de 1,63" que evita en gran parte molestos reflejos en entornos con mucha iluminación y al contrario que las muchos rumores que apuntaban hacia una pantalla flexible, ésta es rígida. El sistema operativo es Android y cuenta con 4 GB de almacenamiento, una pequeña cámara de 1,9 Mpx y una batería que promete 25 horas de duración. El peso de este equipo es de 73.8 gramos, con acabado en aluminio y un grosor de 11.1 mm. La colorida pulsera de plástico (en seis colores) no desentona en absoluto aunque la forma del dispositivo no es sorprendente.
Sus prestaciones lo sitúan como un acompañante perfecto para usuarios intensivos de smartphones con unas características técnicas internas semejantes a un teléfono de gama media de hace no demasiado tiempo. El dispositivo busca la interacción con tu smartphone (inicialmente el también presentado en la IFA Samsung Galaxy Note 3), mostrándote, además de la hora, cronómetro y alarma como cualquier otro reloj, el tiempo, las notificaciones recibidas y una serie de características extra que se irán añadiendo a medida que los desarrolladores de aplicaciones se interesen por él (por ejemplo, Line tiene una versión preparada para este dispositivo) pudiendo gestionar también llamadas y mensajes o tomando fotos desde el propio Galaxy Gear.
Sin embargo, personalmente me parece que Samsung ha desaprovechado una fantástica oportunidad para situarse como un referente en este tipo de gadgets. El Galaxy Gear, lógicamente se debe apoyar en un Smartphone para dotarle de esas características extra, pero detalles como la cámara o las características técnicas internas me parecen excesivas y repercuten en el precio, 299 euros en España. Hubiera visto mucho más conveniente la incursión de un pulsómetro, conectividad NFC, mayor autonomía de la batería o características de reconocimiento de voz específicas. Sinceramente, no veo a nadie usando su reloj para enviar mensajes de Whatsapp, simplemente porque es más sencillo sacar el móvil y utilizar una pantalla de 3, 4 o 5 pulgadas.
¿Vosotros que opináis? ¿Os compraríais un reloj así? ¿El precio es excesivo? ¿Como lo modificaríais?
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