¿Son eficaces las pulseras inteligentes?

Ricardo Vega

Ricardo Vega / 25 mayo 2015

⏰ 7 minutos

Hoy tengo el placer de contar en mi blog con Ángela Osorio, licenciada en Medicina y con quien he tenido el placer de confrontar mi opinión sobre alguno de los dispositivos orientados a lo que se está llamando "medicina digital" con sus conocimientos más clásicos. Con ella además inicio un periodo en el que invitaré a una persona al mes para que aporte su visión personal y profesional sobre temas que nos interesan a todos los que conformamos la comunidad de este blog. Como verás, su opinión al respecto es bastante dura por lo que, tal vez, no estés para nada de acuerdo. Me gustaría que utilizaras los comentarios para expresar tu opinión e iniciar un debate que seguro nos enriquecerá a todos. Sin más os dejo con ella.

Últimamente han venido  poniéndose muy de moda las

Smart-bands, *unas pulseras muy modernas y “molonas” que sirven para monitorizar cosas como el ejercicio físico o la frecuencia cardíaca; los resultados de tal monitorización se reflejan después, en una *app para el móvil, mediante unos gráficos muy bonitos y fáciles de interpretar, que nos permiten estar en todo momento informados de lo sanos que somos y lo bien que funciona la dieta o la tabla de ejercicios que nos ha puesto nuestro estupendo entrenador personal. La utilidad real de medirse, pongo por caso, el ritmo cardíaco de forma continuada me parece relativa y discutible, excepto  en  circunstancias muy concretas, por ejemplo: cuando se padecen problemas de corazón,  cuando realizamos ejercicio físico, o si se corre un riesgo importante de transformarse en el increíble Hulk... [caption id="attachment_1860" align="aligncenter" width="519"][hulk-pulseras-inteligentes-ricardo-vega]1 Bruce Banner usando su smart-band[/caption] La gota que colmó el vaso de mi recelo hacia este dispositivo llegó cuando Ricardo, autor de este blog, se presentó un buen día con una pulserita de  estas.  Rogué al susodicho que me explicara exactamente qué utilidad encontraba a tener monitorizado el pulso en el móvil y su respuesta fue: “Nooo.., es que esta no mide pulsaciones, mide el sueño: sabe cuándo estoy en fase profunda.” Anonadada me  quedé. Me gustaría que comprendieras, lector, lo que se le pudo pasar por la cabeza a una mente, como la mía, formada en el noble arte de Galeno , acostumbrada a que el sueño se  mida con lo que llamamos una  **polisomnografía. ( **No me voy a enrollar demasiado con los detalles, así que sólo diré que consiste en llenar al paciente de electrodos y registrar diversos parámetros relativamente complejos.)  La simple idea de que una pulsera fuera capaz de hacer algo parecido me resultaba imposible desde el punto de vista técnico. Así pues, el descreimiento cínico y esa dosis de arrogancia propia de los que somos herederos de Hipócrates, me empujaron a desenmascarar las pulseras inteligentes y me puse a rebuscar entre la literatura científica.

¿Cómo miden las pulseras inteligentes el sueño?

Fitbit *y *Jawbone *(las pioneras y más famosas *Smart-bands) utilizan para hacer sus mediciones un “actímetro”, un acelerómetro que detecta movimientos.  Esto es lo que permite que la pulsera funcione como un medidor de la actividad general y como podómetro (pudiendo estimar las calorías que consume el portador) y también lo que permite,  en principio, medir el sueño: se parte de la presunción de que cuando uno no se mueve se está durante lo que se llama “sueño profundo” (la fase en la que se produce el mayor descanso) y de que cuando uno se mueve, pero poco, se está en lo que se denomina “sueño ligero”. Así, este tipo de medidores de actividad portátiles, sería capaz de indicarnos, mediante el registro de estos datos en la aplicación, si dormimos las horas suficientes o no, o si, aun durmiendo las horas suficientes, presentamos un trastorno del sueño que nos impide llegar a las fases profundas y, en consecuencia, no descansar bien. fitbit-smart-band-ricardo-vega

¿Son objetivamente fiables a la hora de medir el sueño? Antes de comentar los estudios científicos que he encontrado y dejando claro que no soy ninguna especialista en sueño, me gustaría apuntar que, en mi opinión,

la división entre sueño ligero y profundo resulta demasiado simplista con respecto a la realidad del asunto y creo que no se puede conocer adecuadamente  si una persona tiene un sueño de buena calidad distinguiendo simplemente entre estas dos fases. Para valorar la eficacia de este dispositivo de la forma más objetiva posible me voy a remitir a dos estudios  bastante fiables en cuanto a métodos, según mi criterio. En el primero, realizado por el departamento de psiquiatría de la Universidad de California, se comparó la eficacia de la polisomnografía con respecto a la actimetríaen varios trastornos del sueño como son el insomnio, el síndrome de apnea-hipopnea del sueño o el síndrome de las piernas inquietas.  En el segundo estudio, en este caso a desarrollado a partir de un experimento en la West Virginia University, se comparó la polisomnografía con la pulsera Fitbit en adultos sanos. Las conclusiones de ambos son muy esclarecedoras: si bien la pulsera podría servir para distinguir entre los estados  de sueño y de vigilia, en ningún caso podía distinguir correctamente las distintas fases del sueño. Además, puesto que sólo mide el movimiento, podría  darse una sobre- o  sub-estimación de las horas de sueño. Otro dato muy interesante es que la eficacia de la actimetría  a la hora de medir correctamente el sueño disminuía si el sujeto padecía un trastorno del sueño. Es decir, que no sólo la pulsera es bastante poco fiable en general, si no que además si alguien pretendía saber si padece un trastorno del sueño o controlar el que ya tenía diagnosticado, ésta se convierte en algo todavía más inútil. En consecuencia, yo me planteo: ¿qué utilidad tiene comprarse una *fitbit “*supermolona” y registrar los datos que nos da sobre el sueño? Si lo único que puede hacer con relativa fiabilidad es medir las horas de sueño, ¿no nos saldría más barato mirar el reloj y hacer una estimación aproximada del tiempo que hemos tardado en dormirnos? ¿Acaso nos quedamos más tranquilos y nos sentimos más sanos si un aparatito electrónico nos confirma que efectivamente dormimos nuestras 8 horas diarias? smart-band-mit-ricardo-vega

No todas son iguales: La pulsera inteligente del MIT Cuando estaba recopilando toda la información, me topé con un proyecto muy interesante que se está desarrollando en el MIT sobre  los medidores de actividad portátiles.  Se trata de

_empatica,******  _una pulsera que, a través de la medición de cambios electrodérmicos, parece que resulta especialmente eficaz en la prevención de la muerte súbita  por epilepsia en niños. Podría, además, tener utilidad en el manejo de muchas otras enfermedades, según los experimentos que se han realizado. Está claro que “aquí hay tomate” y mucho futuro, pero también está claro que estos instrumentos vistos con un enfoque clínico y  pensados para que sean usados en la práctica médica, son mucho más caros (la tecnología de empatica es más costosa y además, es necesaria su validación mediante muchos ensayos). Por otra parte resulta menos lucrativa que la electrónica de consumo. Sin embargo, creo que *empatica *es una buena señal  de que éste es el camino en el que este tipo de avances tecnológicos pueden demostrar todo su potencial:  es en el campo de la medicina y de la investigación médica, donde pueden llegar a ser mucho más que una simple moda.

angela-osorio**Ángela Osorio. **Recién licenciada en Medicina y aspirante a psiquiatra. Otaku y gafapasta a tiempo parcial. Entre mis objetivos se encuentra defender la educación y sanidad públicas a través de AMeVa (Asamblea Medicina Valladolid). A veces digo cosas en Twitter y en Google Plus donde estaré encantada de conectar contigo :)

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