¿Por qué comparamos IoT y Revolución Industrial? (Parte I)

Ricardo Vega / 03 enero 2017
⏰ 5 minutos
A día de hoy, y a través del Internet de las Cosas, somos capaces de crear rápidamente conexiones entre dispositivos de forma rápida, ya sean wearables, coches o sensores. Todo el "hype" generado, habitualmente a acompañado de referencias al famoso estudio de Gartner en el que se cifra en 25.000 millones los dispositivos que estarán conectados a Internet para 2020, lo que supone, aproximadamente 5 veces más que los que existían a principio de año.
Los ámbitos de aplicación son numerosos y normalmente van a asociados a otros conceptos tecnológicos que han explotado durante los últimos años como son el Cloud, el Machine Learning o el Big Data. Sin embargo, estudios más específicos, hacen una comparación con un acontecimiento tecnológico mucho más antiguo: la Revolución Industrial.
En este post, me gustaría discutir contigo las razones por las que creo que, en efecto, el potencial revolucionario del Internet de las Cosas puede ser tan amplio que no es ninguna exageración su comparación con el que supuso hace aproximadamente 2 siglos, la Revolución Industrial.
¿Por qué se ha generado tanto hype?
Creo que existen múltiples motivos que van desde el simple "vamos a anunciar a bombo y platillo la última tecnología porque habrá que venderla" hasta un conocimiento profundo de lo que la sensórica y la interconexión de "nuestros sentidos digitales" puede suponer para nuestra vida diaria.
Seguramente, el IoT empezó a coger tracción a raiz del concepto de Hogar Conectado, como una "evolución" de la domótica y, de hecho, este mismo blog puede considerarse ejemplo de este camino. No obstante creo que es importante diferenciar lo que consideramos domótica de Internet de las Cosas porque en mi opinión no es lo mismo. La domótica va más asociada al concepto de instalación específica mientras que el IoT se construye con dispositivos individuales.
Haciendo hincapié en esta diferenciación, creo que podemos acotar aún más el comienzo de la popularización del Internet de las Cosas en dispositivos que controlan la temperatura de tu hogar, tu iluminación o (y aquí comienza el hype) directamente tu cocina, aportándole una seguridad extra, la capacidad de hacer pédidos de forma autónoma o controlar por si sóla tus inventarios de alimentos para optimizarlos y evitar desperdicios innecesarios.
Este concepto tan centrado en la vivienda es sin duda algo que podemos vender al gran público y por lo que mucha gente pagaría. No tengo la menor duda de que aquí existe un nicho de mercado que cada vez será mayor y facilitirá la vida de muchas personas, entrando cada vez más en competencia con la domótica y haciéndonos replantear si tiene sentido la convivencia de ambos conceptos.
Al fin y al cabo estamos hablando de llevar el poder de la automatización y la Inteligencia Artificial a tu casa, extrayendo las ideas directamente de la ciencia ficción.
Sin embargo, y según mi opinión y experiencia, donde realmente reside el poder transformador del IoT no es en tu casa sino en las industrias ya que ofrece un gran número de oportunidades que diferentes sectores llevan deseando desde hace tiempo. El IoT se está preparando para poder ofrecer nuevas maneras de conseguir negocios más eficientes y flujos productivos mucho más optimizados que se comporten de forma automatizada en busca de estas características y, ¿quién no desea algo así?
La Industria 4.0, la 4 revolución industrial o el IoT Industrial hacen referencia a esta alineación directa entre las ventajas del IoT y las necesidades actuales de las industrias en su día a día donde el poder de la conectividad extrema del Internet de las Cosas nos ofrece una solución o el camino hacia esta para un problema a veces invisible pero muy presente: la capacidad de un negocio de conectar el mundo digital y todas sus ventajas con sus recursos y activos físicos a través de un único framework.
Datos en Tiempo Real.
Gracias al Internet de las Cosas, los dispositivos son capaces de aprender cómo deben recoger datos sobre el mundo que les rodea de forma dinámica y en tiempo real, es decir, son adaptativos hacia esta necesidad de tiempo real. A su vez, gracias a esta capacidad, poseen una gran habilidad para asimilar y responder a este mundo que les rodea de forma dinámica basándose en una serie de disparadores predefinidos.
Cualquier persona cercana al mundo industrial sabe de la importancia que desde los años 70 han adquirido las metodologías Lean desarrolladas por Toyota que buscan optimizar la producción minimizando lo superfluo, aquello que no aporta valor a nuestro producto. Está claro que tener una máquina parada porque está estropeada no es una actividad que aporte valor a un producto y el Lean Manufacturing ha desarrollado técnicas capaces de minimizar estos tiempos de inactividad. Sin embargo, la mejoría que podrían suponer notificaciones sobre mantenimietos requeridos antes de que la máquina falle en producción y en función del estado real de la máquina (no en parámetros estadísticos del tipo "cambie el aceite cada 1000 horas de funcionamiento") puede llevar a la Industria a un nuevo nivel de calidad y mejora. Y esto es sólo un ejemplo de lo que el IoT puede traer al mundo Industrial.
Como tampoco quiero que este post se alargue en demasía, lo he partido en dos, de forma que la próxima semana trataremos la siguiente parte (Parte II) donde continuaremos hablando del IoT y su relación con la industria capaz de transformar la economía y sociedad actual.
Te espero la próxima semana. ¡Saludos!
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