IoT: ¿Hype o Esperanza?

Ricardo Vega

Ricardo Vega / 11 febrero 2015

⏰ 6 minutos

La industria de la tecnología es a menudo culpable de empujar soluciones tecnológicas para consumidores sin centrarse en los beneficios, las emociones y la simplicidad de las mismas, ¿no crees?. Sin embargo, las empresas que lo consiguen, les va mejor en la venta de tecnología a los consumidores. En Apple tenemos claramente un ejemplo de ello.

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IoT, nombres y marketing

Así hemos llegado al Internet de las Cosas. Hemos creado una frase pegadiza, un truco publicitario que todo el mundo puede asociar sin dejarse intimidar por la jerga. El uso de las mayúsculas en el Internet de las Cosas busca dar un empaque especial al tema, no nos vayamos a quedar simplones, ¿eh?, sobre todo cuando se trata de comprar algo.

Tal vez estoy siendo extremadamente duro, ¿no? Realmente el término es una especie de cajón de sastre para transmitir un conjunto de tecnologías como "convergencia digital" en el espacio de difusión y comunicaciones. Pero sin duda es una frase muy recargada detrás de la cual que se esconden capas de cierta complejidad (algunas de las cuales ya hemos mencionado en este blog como el tema de la privacidad) y que aún están por resolver o que son difíciles de explicar a nuestro adorado consumidor final.

El IoT (hasta la abreviatura mola?) incluye la comunicación entre máquinas, entre personas y máquinas, y también entre la gente a través de las máquinas. Incluye wearables, toda clase de sensores y un océano gigantesco de datos. También supone una red económicamente viable, confiable y disponible en todo momento. Ah! Y hasta ahora, también muy pocas normas.

La adaptación a una nueva era

Después de todo, vivimos con Internet, aunque este concepto está variando sustancialmente en los últimos años. Internet es ya mucho más que un navegador estándar donde el contenido está adaptado a este tipo de navegador. Hemos superado las preguntas más complejas en los primeros días de la web (¿donde quedan ya los "colores web seguros"? y empujado los límites del HTML hasta alcanzar una convergencia entre dispositivos para un mismo código. Nunca habíamos tenido que pensar en el sistema operativo o el dispositivo (iPad, móvil Android, un portátil Dell...) pero ahora si, estamos inmersos en la era del "responsive design".

No tenemos que pensar si el usuario está sentado, de pie o caminando.

En el mundo IoT, todo esto ya no es un estándar y tienen que ser pensado desde cero. ¿Cuál es la interfaz de usuario de una "cosa"? Imagínate un sensor en una máquina de café en tu trabajo, ¿cómo debemos acceder a los datos, ¿cómo se puede interactuar con "esa cosa"? El desafío del diseño se mueve de un diseño 'interfaz' a una experiencia o incluso al diseño de entornos más que a interfaces. ¿Quién diseña la experiencia de caminar por una tienda llena de iBeacons u otros sensores?

El diseño del servicio ha sido un término que está cobrando importancia durante los últimos meses, pero es fundamental para la creación de modelos en el IoT. Debemos tener una visión centrada en el diseño y construir desde allí. Esa es la única manera para centrarse en los problemas a resolver y asegurar su adopción.

El cambio de negocio con el IoT

Al igual que con otras tecnologías emergentes, estamos en un mundo de "cambio compuesto", donde cada capa se basa en las capas anteriores por lo que la curva de cambio es exponencial siendo para nosotros casi imposible de predecir al estar tan acostumbrados a pensar en términos lineales. Lo que es intuitivo para mí, es que vamos a encontrarnos con nuevas empresas que dominan el espacio IoT, al igual que FB, LinkedIn y Twitter dominan la esfera social, Google y Amazon dominan la web, Apple y Samsung  el mundo de los dispositivos móviles y Microsoft e Intel el mundo de escritorio.

Estamos ante un nuevo modelo de negocio conjunto. Cambiará el valor, deberemos destruir los viejos modelos y crear servicios completamente nuevos. Muy a menudo, pensamos en la nueva tecnología como mejores formas de hacer lo que hacemos hoy y es por eso que el modelo que "mejor" nos lleva a pensar en nuestra nevera diciéndonos que nos hemos quedado sin leche, sin embargo, tal vez nuestra nevera nos dirá cuál de los alimentos almacenados tiene la fecha de caducidad más temprana pudiendo modificar nuestro consumo apropiadamente. Te invito a exprimir tu creatividad e imaginación para pensar en otras posibles soluciones.

Sin duda, la manera en que los modelos de negocio evolucionen implicará la adición de capas de servicios con productos existentes y nuevos. El valor del servicio superará el valor del producto. Tal vez pagues más por el servicio de seguimiento de tu peso y la retroalimentación sobre tu estilo de vida y dieta, que por la propia báscula.

De hecho, los modelos de propiedad de activos pueden cambiar, con empresas dispuestas a darle el activo de forma gratuita con el fin de dominar en el servicio, o simplemente, seguir un modelo de arrendamiento (o alquiler) de activos, lo que reduce su gasto, pero permite el flujo de ingresos a largo plazo para el vendedor . Pronto debemos ser capaces de ver esta capa de información y servicios de forma explícita pudiendo ser esta una de las mayores fuentes de valor para el consumidor en el Internet de las Cosas. Esto nos permitiría entender mejor el verdadero coste total de cualquier producto y tomar decisiones diferentes sobre esa base (aunque sin duda no será cosa de un día para otro).

Conclusiones finales

Como dije anteriormente, es casi imposible hablar de IoT y cualquier tecnología emergente sin hablar de los datos, la privacidad y la seguridad. Pienso que estas características deben ser una característica integrada en cada producto asegurando que el almacenamiento y procesado de datos sea justa para ambas partes de una manera totalmente transparente. Creo que es difícil pedir más que eso.

Sin duda, el Internet de las Cosas es un gran avance: estamos hablando de miles de millones de dispositivos conectados entre si que cambian la forma en que vivimos nuestras vidas cotidianas. El potencial transformador de esto apenas puede ser imaginado. Espero que utilicemos estas ventajas para resolver algunos de los problemas más grandes que tenemos delante de nuestras narices: la crisis energética, el cuidado de una población que envejece u obtener suministros de manera más eficiente para abastecer a todo el mundo de una forma justa.

Sin embargo, pienso que vamos a pasar demasiado tiempo debatiendo si nuestra caldera debe estar interconectada con nuestra lavadora o si la forma en que lo hace una es mejor que otra.

Estoy muy interesado en conocer tu opinión al respecto por lo que te invito a usar los comentarios que tan vacíos suelen estar. También me puedes ayudar compartiendo esta entrada en las redes sociales. Nos vemos la próxima semana!

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